En el Pleno de Pozuelo del 27 de mayo pregunté por la elaboración del III Plan de Igualdad entre mujeres y hombres. Este año se cumple una década desde que caducó el plan anterior. Alcaldesas y concejalas se han ido sucediendo, sin que ninguna haya movido un dedo por la puesta en marcha de este plan.
La elaboración de un Plan de Igualdad lleva todos estos años siendo una necesidad, y ahora es además una obligación legal. El 14 de enero entró en vigor el Real Decreto 901/2020, que hace obligatoria la existencia de un plan de estas características en las empresas de más de 50 trabajadores. La fecha límite era el 14 de abril, por lo que el Ayuntamiento, por la desidia habitual, está incumpliendo la Ley.
Y no es sólo eso. Es que el compromiso con las políticas de igualdad es nulo. En el año 2019, de los 286.000€ presupuestados para medidas de este ámbito, se dejaron sin ejecutar 108.000.
En los primeros dos años de legislatura, apenas han organizado unos pocos talleres, en torno a las actividades del 8 de marzo. Estos talleres, según datos de la Concejalía de Familia, Mujer y Asuntos Sociales; han reunido a unas 400 mujeres. Claramente, en un municipio con 45.000 mujeres, esta es una cifra demasiado pobre.
Es necesario hacer mucho más.
Desafortunadamente, Pozuelo ha sido golpeada duramente por esta violencia ejercida contra las mujeres por el hecho de serlo. El pasado 6 de junio, una vecina de nuestro municipio, fue brutalmente asesinada por su expareja.
Hecho este que refuerza más, si cabe, nuestra demanda de más recursos para la prevención y la sensibilización de la Violencia de Género. No es posible que el Ayuntamiento se limite, año tras año, a ofertar a los centros escolares el mismo proyecto de fomento de la igualdad y el buen trato. Es necesario extender las campañas de sensibilización a centros de juventud y de mayores. Es una necesidad para que terminemos con la lacra de la violencia machista, que en lo que va de año, ha terminado con la vida de diecisiete mujeres y un menor.
Las mujeres de Pozuelo, aunque la concejala parezca querer ignorarlo, son como las del resto del país. Sufren desigualdades. Sufren la brecha salarial que conduce inexorablemente a la precarización de la vejez. Sufren acoso y violencia sexual, como demuestran los datos de criminalidad del primer trimestre de 2021. Sobre ellas recae el peso de los cuidados, debido a la falta de políticas de conciliación. Crecen con una notable falta de referentes femeninos que les permita fijarse horizontes cada vez más altos y romper los techos de cristal. Y, un largo etcétera.
Y el Ayuntamiento no hace nada. La elaboración del III Plan de Igualdad no resolvería todas las necesidades de las mujeres de Pozuelo, pero supondría un importante cambio en el compromiso de la concejalía y la alcaldesa con estas políticas.