Pozuelo no es Polo Sur, pero lo parece.
Sobre todo el Espacio Mira, donde el personal del Ayuntamiento, de las distintas contratas que allí prestan servicio y los usuarios y usuarias de los talleres que ofrece el Patronato Municipal de Cultura, tienen que vestirse a diario como si fueran Roald Amundsen cuando descubrió el Polo Sur.
Pero como trabajar en Pozuelo o formarse en pintura, escultura o teatro no es una aventura, hay que decir que es una auténtica vergüenza que no haya climatización, en pleno invierno, en dicho edificio. Y así lo dijimos desde el PSOE en el pleno de diciembre y también en el último, reclamando soluciones inmediatas para los cientos de usuarios y trabajadores que acuden allí a diario. Y así lo llevan denunciando muchos vecinos también desde hace tiempo.
Soluciones inmediatas, decía, pues Pozuelo tiene recursos suficientes para resolver esto con más equipos portátiles de climatización o llevando las clases y los puestos de trabajo a otros edificios ya sean municipales o de propiedad de otros organismo públicos o privados, hasta que quede resuelto definitivamente, y donde efectivamente se cumpla la normativa de temperatura en el trabajo y para el uso de edificios públicos.
Y es que escuchar a trabajadores un “Me pongo 3 pares de calcetines y 3 camisetas” no es normal, tampoco que “Los suelos están mojados ya que no se secan del frío” con el peligro que conlleva, ni que “Los despachos y aulas están por las mañanas a 15º como mucho y la cafetería nunca pasa de los 13 grados”, o “No se pueden poner más calefactores puesto que salta la luz y hay que enchufarlos con un cable que va por la ventana”. Hay más quejas, de las que intuyo son absolutamente conscientes por parte del equipo de gobierno del PP: “Estamos en clase con abrigo” o “Cada vez que llueve hay que seguir poniendo cubos”. Conscientes pero ausentes ante esta problemática, por mucho que se nos diga. Todo esto da una foto lamentable de un edificio que por fuera parece moderno, pero que en realidad es un iceberg.
No sabemos si, como con otros casos, detrás de todo esto hay impagos de facturas por la mala gestión en obras y contratos. Si, como se nos ha dicho, a alguien se le olvidó hacer accesos a la nueva caldera u homologarla, o si efectivamente falta una certificación de los nuevos equipos, pero lo que no es normal es que si esa caldera lleva instalada desde hace meses no se haya podido poner a funcionar aún y se esté trabajando y recibiendo clases pagadas en unas condiciones así. Tampoco es normal que se nos diga que está todo a punto, justo el día después de que haya una grúa enorme en el citado edificio.
No sabemos tampoco como estas cosas no se resuelven con celeridad, pues como decía antes recursos hay. Hay de sobra, de hecho, aunque luego no se pague a tiempo a los proveedores, pero esa es otra historia que hoy no toca. Y hay soluciones posibles como las que hemos trasladado y que ya se usaron en otros edificios con problemas similares.
¿Por qué tanta falta de diligencia, pues? No lo sabemos, pero esperemos que el equipo de gobierno y la nueva alcaldesa aterricen, se centren de una vez, dejen de prometer grandes obras faraónicas y resuelvan con urgencia problemas como éste, como el que tienen los policías municipales que están en circunstancias análogas y que se dan en menor intensidad también en otros edificios públicos. O problemas como los que sufren otros proyectos y obras que también están paradas, como la del Carlos Ruiz, las pasarelas de la M503 y M508 o el aparcamiento disuasorio de La Estación. A ver si hay suerte, y en el 2024 el ayuntamiento empieza a funcionar mejor.